El bar de los rumanos al que voy a ver el fútbol de pago hasta que, según han anunciado, los señores de La Sexta me los ofrezcan el año que viene por un eurito en el TDT, es un antro que ni pintado para estos menesteres: pantalla gigante, barra un poco grasienta, parroquianos de los que han visto la universidad en las clases de Mercedes en el "Cuéntame", una tupida humareda que a uno le hace recodar a Londres en la niebla y buenos pinchos, que los rumanos, igual que aprenden rápido el idioma, aprenden también con mucha celeridad a hacer croquetas y bravas de lo más decentes y baratas.
Andaba yo ayer discutiendo con uno de esos parroquianos de los que hablo al que nunca había visto antes pero que, para tales menesteres, tanto da, sobre si Iturralde era más hijo de su padre o de su madre por la expulsión de Torres y el barrigazo de Guti en el área, y no dejaba de taladrarme el oído la conversación de un chaval que ya pasaba de los 30 y que no paraba de criticar a todos los jugadores del Madrid. Que si Gago es un "paquete" que no sabe pasarla, que mira tú su colega Higuaín, pues de Diarra ni te cuento así que para que vamos a hablar de Raúl; cuando ví en él al entrenador que todo español lleva dentro.
La conclusión de su diagnóstico es fácil de imaginar: todos a la puta calle y que vengan otros 22, que con estos, otros treinta años hasta la décima. Además, ¿cómo es posible que el "Geta" le meta tres al Bayern con diez y el Madrid ni uno al Murcia del Tito Clemente? ¡Inconcebible, hombre, inconcebible!
Yo que quieren que les diga. Lo del "Geta" me parece una machada de cojones, pero lo normal es que el Bayern les hubiese metido cinco, y si no lo hizo es porque es un equipo muy justito. Mucho empuje, mucho machote alemán, pero de fútbol, un pepino. Y si el Madrid no pudo ayer ganar más holgadamente, pues algo tendrá que ver jugar con diez contra un equipo que puso el autobús hasta teniendo un jugador más y ¡que sí, hombre, que sí! que ayer Robinho, Raúl y compañía tuvieron una de esas tardes de "espantá" a lo Curro Romero. Pero es que salir todos los días por la puerta grande con dos orejas y rabo, sea el Madrid, el Barça o el Milán, es como lo de España ganando un Mundial, imposible.
¡Qué difícil es jugar en un grande si no le metes siete al rival todos los días!
lunes, 14 de abril de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
No hay que meterle siete a todos los rivales, pero es que el Madrid lleva dos años sin jugar un pimiento, y lo triste (para los demás) es que ganará dos ligas consecutivas.
Publicar un comentario