Del Nido debe vender a Alves

Un jugador que no quiere estar en un equipo es un problema, sobre todo, si es una pieza importante del mismo. Rinde menos, intriga más y desestabiliza al vestuario. Dani Alves dejó bien claro el pasado verano que no quería seguir en el Sevilla, pero la tozudez de José María del Nido, duro negociador y que, además, aspira a hacer el mejor negocio de la historia del club con el brasileño, le condenador a pasar otra temporada en Sánchez Pizjuán.
Ahora, cuando se aproxima el final de la Liga y el mercado de fichajes comienza a agitarse, el presidente sevillista dice que, por 25 millones de euros, el Barça puede aspirar a que le mande las botas de Alves.
No sé si estas declaraciones son un intento de revalorizar al máximo al jugador para conseguir los 40 millones que el Sevilla parece haberse propuesto sacar por él o si piensa firmemente, como ha añadido después, en que Alves cumpla los cuatro años de contrato que le quedan con los andaluces. En cualquier caso, Del Nido se equivoca si su intención es retener al brasileño otra vez en contra de su voluntad en el vestuario sevillista.
No es ningún secreto que a Alves le disgustó sobremanera que Del Nido no le traspasase el verano pasado al Chelsea o al Real Madrid. El brasileño, no obstante, no forzó su marcha y ha seguido en el Sevilla, aunque su rendimiento, como el de todo el equipo, se ha resentido. Y más lo hará si Del Nido se empeña este año en volver a cerrarle las puertas al brasileño después de que haya repetido por activa y por pasiva que quiere irse a un grande.
El presidente sevillista debería valorar esta circunstancia a la hora de cerrarse en banda a hablar de su traspaso, pues un jugador que ahora vale 40 millones, puede que obligado a estar otra temporada en contra de su deseo en el Sevilla, acabe valiendo esos 25 que ahora rechaza y dándole más de un quebradero de cabeza. ¿O acaso Ronaldinho no valía más de 30 el año pasado y ahora la cifra que se baraja para su traspaso no supera los 20?