Benítez al Barça, aburrimiento seguro

Ahora que Rijkaard parece sentenciado como entrenador del Barça, empieza el baile de candidatos a sustituirle. Y el último nombre que ha saltado con fuerza a la palestra es el de un viejo conocido de la afición española, Rafa Benítez.
No voy a entrar aquí a cuestionar la capacidad profesional de Benítez como entrenador de fútbol. Con el Valencia consiguió grandes logros y con el Liverpool más grandes todavía, pues alzarse hace tres temporadas con la Copa de Europa con el equipo que tenía es casi un milagro. La cuestión no es esa, no. La cuestión es si el tipo de fútbol que le gusta a Benítez que practiquen sus equipos se ajusta al gusto del socio azulgrana. Parece claro que el entrenador madrileño ofrece resultados, pero el que quiera juego y diversión, algo que suele demandar el Camp Nou, que se vaya al cine, porque en los partidos de sus equipos de eso no suele haber.
La pasada temporada, el Madrid ganó la Liga con un juego horrendo capaz de ahuyentar al aficionado más inasequible al desaliento y aunque el título compensó las tediosas tardes en el Bernabéu, los palos a Capello porque el Madrid no dio el espectáculo que por su prestigio e historia se le exigen fueron morrocotudos. Algo parecido podría pasar en el Barça con Benítez. Y si a pesar de aburrirse como piojos los aficionados se decantasen porque lo importante es ganar de la manera que sea, quedará demostrado que el fútbol ha perdido buena parte de su carácter lúdico y que está lleno de aficionados fariseos a los que se les llena la boca pidiendo buen juego y luego lo que les importa es ganar por encima de cualquier otra consideración.