miércoles, 29 de abril de 2009

Messi, bajo mínimos

El fútbol es tan volátil y está sujeto a intangibles tan imprevisibles como la fortuna o el estado de ánimo, que tras una temporada de aplastante tiranía, el Barcelona lo puede perder casi todo en una semana. En Liga, lo que hace apenas un par de semanas parecía descabellado, que el Madrid la ganase, ahora no lo es tanto, y los que apostaban doble contra sencillo por una victoria blaugrana en el Bernabéu ya no lo tienen tan claro. Tras las victorias contra el Getafe y el Sevilla, el indestructible gen competitivo-superviviente de los blancos está desatado y es capaz de todo, hasta de ganar al Barça.
Y en la Copa de Europa, tras el empate sin goles en el Camp Nou, en Stamford Bridge puede pasar de todo. Y poco le ayuda a los culés haberse quedado sin Márquez ni Pujol y tener que recurrir a Cáceres para completar la línea defensiva, que no se ha mostrado nada fiable en sus apariciones.
Pero si malas son las noticias de las bajas en la línea defensiva, igual de nefasta, o incluso peor, es el alarmante bajón de forma por el que atraviesa Messi. Ayer deambuló como alma en pena buena parte del choque contra el Chelsea. Sin chispa, sin desborde... Si los blaugrana no recuperan al mejor Messi, perderán buena parte de sus opciones de pasar a la final de Roma, pues aunque cuenten con un Iniesta superlativo en los últimos choques, puede no ser suficiente frente a un equipo que en casa apretará de lo lindo.
Puede que decisiones como las de hacer un único cambio en un partido como el del Sevilla, resuelto ya al descanso, no hayan sido acertadas con el apretado y durísimo calendario que les queda a los blaugrana.

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