Aragonés y Laporta, unos cachondos

La cosa de hoy -o más bien de ayer- va de declaraciones con cuajo, de esas que le hacen a uno pensar para sus adentros: "¡Tiene cojones el asunto!". Y los tiene, vaya si los tiene. Que Luis Aragonés diga ahora que sólo le vale ganar la Eurocopa y Joan Laporta que la historia le avala para seguir la frente del Barça le deja a uno sin palabras. Vamos, casi para caerse de culo y romperse el pirulo, oiga.
Lo del seleccionador nacional no se si hay que tomárselo como uno más de sus patinazos neuronales habituales o si hay realmente que indignarse con él. Porque es de traca que venga precisamente ahora con este brindis al sol que de cara a la galería queda estupendo pero que no tiene ningún valor dado que, pase lo que pase en el campeonato, se va a ir o lo van a largar. Si no anda uno muy desmemoriado, algo parecido dijo antes del Mundial de Alemania y, después de esa "dimisión irrevocable" que dijo no le aceptaron -una voluntad de hierro la suya para abandonar el cargo, como quedó patente- ahí le tenemos, en capilla para la Eurocopa. Una declaración, pues, valiente donde las haya, dados sus antecedentes y su futuro.
Laporta, para desgracia de muchos barcelonistas -al menos para los más de 9.000 que han firmado una moción de censura en su contra- sí que amenaza con acampar cada quince días durante otra buena temporadita en el palco del Camp Nou. El problema es que su declaración de intenciones de hoy le ha retratado en toda su magnitud: como tengo poco que ofrecer para el futuro, me aferro al pasado. Sin olvidar, dicho sea de paso, que el más inmediato son dos años sin títulos. Sombrío futuro le espera al Barcelona si en lugar de pensar en el futuro se prioriza mirar por el retrovisor para autoinsuflarse ánimos. Poco proyecto debe tener entre manos Laporta si su esperanza es que le salven las caducas gestas de Ronaldinho.
¡Pero tranquilos, culés! No todo está perdido. Hoy el club ha anunciado la contratación de Pinto para la próxima campaña. ¡La máquina de la ilusión no para!