martes, 29 de abril de 2008

El bodrio inglés

No voy a entrar en discusiones bizantinas sobre Ballack. Dije lo que pienso sobre él y lo mantengo. Supongo que no merece la pena darle más vueltas al asunto. Como tampoco merece la pena insistir en lo del United. Su planteamiento fue cicatero, rácano, impropio de la presunta categoría de ese equipo. Lo cual me lleva a la reflexión de hoy sobre el fútbol inglés. ¿No será que los árboles no nos dejan ver el bosque? ¿No será que más allá del Chelsea, el United y el Arsenal el fútbol inglés es un erial y que los propios grandes no lo son tanto?
Cualquiera que se meta entre pecho y espalda un Birmingham-West Ham a las dos de la tarde de un sábado tiene garantizada una siesta tan buena como la que proporcionan los bodrios peliculeros que programa Antena 3 los fines de semana. Son partidos paleolíticos, de otro tiempo. Casi no hay diferencia con los de hace doce, quince o veinte años de los que tantas veces hemos oído hablar -alguno que otro hemos visto, pero pocos, por razón de edad-. La única diferencia sustancial entre unos y otros son, si acaso, esos pantalones ajustadillos que se gastaban antaño y las medias caídas hasta los tobillos, poco "fashion" para nuestros días.
Los contrarios a la teoría de las limitaciones del fútbol inglés siempre tiran del mismo argumento. ¿Acaso no resultan igual de horripilantes algunos partidos de la Liga, tipo Betis-Osasuna o Levante-Recre? Puede, pero al menos algunos de los equipos de la clase media española proponen algo, intenta jugar al fútbol. Ahí están los casos del Getafe, el Racing o el Almería. ¿Alguien se imagina al Bolton poniendo al borde del precipicio a todo un Bayern, tal y como hizo el Getafe? Me cuesta, y mucho, imaginármelo.
Chelsea, United y Arsenal -el Liverpool es otra cosa, puro resultado fraguado en la especulación- puede que estén a otro nivel, aunque no tan alejados del resto de grandes del continente como algunos suponen y pregonan.

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